Capas

Título: Capas. Lugar: Sella. Expo.: 1/50 seg. a f/9 ISO:100 Focal:18mm

En nuestra historia —la personal o la de la humanidad— parece que lo nuevo y lo viejo está condenado a coexistir en capas que se acumulan una sobre otra. Más que con un sentido u objetivo definido, la mayoría de las veces, esta coexistencia puede percibirse como una carga o una fatalidad. Algunos la encuentran como una ocasión para la búsqueda de la armonía, para la comtemplación serena de la huella del paso del tiempo, del cambio. En este caso me llamó la atención como, una sobre otra, se apoyan las diferentes construcciones y reparaciones de este margen. Creo que hay una belleza en ello, que es posible captar tanto mejor cuanto más amplia en el tiempo sea nuestra visión.

Contrapicado II

Título: Contrapicado II. Lugar: Sella. Expo.: 1/200 seg. a f/6,3 ISO:200 Focal:18mm

Esta es una imagen de archivo, que se suele decir. Fue tomada ya hace más de dos años. Sin embargo hoy no tenía una imagen fresca y he encontrado en el baúl un contrapicado, al hilo de la entrada del pasado primero de septiembre. El caso es que al verla y elegirla me he dado cuenta de que quería hacer, de alguna forma más o menos explícita, un cierto homenaje. Os dejo, además de con esta imagen de una antigua, vieja, —pero aún en pie— casa de pueblo, un precioso y conmovedor poema.

Ho dic sense cap prejudici

La nostra estirp és de titans. Ho dic
sense cap prejudici.

Penseu, si no, en la gent que, dia rera dia
sofreix, estima, mor,
aquella trista i oblidada gent
que cada tarda menja el mateix plat,
poc amanit, de tendresa,
que disposa només de dues cambres
per enyorar els camins,
que es sap irremeiablement vençuda
pel destí
i que, això no obstant,
engendra infants
i creix en els infants
i és poderosa i dolça com un arbre,
com un gran arbre dens i vigorós
que cada primavera treu florida.

La nostra estirp, ben cert, és de titans.

Miquel Martí i Pol

Sumergida

Título: Sumergida. Lugar: La Costera. Expo.: 1/80 seg. a f/7,1 ISO:400 Focal:18mm

Ocurre que la verdadera protagonista de esta foto no se ve. Está a varios metros por debajo del agujero tapado con esa gruesa lámina de hierro y esa viga que soporta al armatoste de hierro pintado de azul. No recuerdo exactamente la cantidad de metros, pero sí que me resultaron muchos, como para imaginarme un gran agujero, hondo, hondo. Pues al final de ese tunel escabado en la tierra hay una bomba que se encarga de subir el agua del pozo —el acuífero— a la superfície, para que el armatoste azul la distribuya por las canalizaciones de lo que mi amigo llama la fabrica de naranjas. Este magnífico invento que permite extraer el agua de las profundidades para convertir la superficie en una tierra fértil, también tiene sus inconvenientes en nuestras humanas manos: los acuíferos tienen un límite, son parte de un sutil y delicado equilibrio que no siempre somos capaces de respetar.

Melodia nocturna II

Título: Melodía nocturna II. Lugar: Xàtiva. Expo.: 1/100 seg. a f/6,3 ISO: 800 Focal: 49 mm

No sé si por el eclipse lunar o por otra razón cualquiera, pero esa noche aparecía de vez en cuando un viento a ráfagas que intentaba distraer a los concertistas. En una ocasión le lanzó al suelo la partitura al flautista, aunque continuaron sin problemas la pieza hasta el final. Después reforzaron la sujección —a base de pinzas—, y ya no hubo mayor problema en adelante. En la siguiente ocasión fue el pelo de ella quien fue a parar, llevado por el viento, a su boca. Supongo que tocar la flauta travesera con un mechón de pelo en la boca no es algo demasiado fácil; se detuvieron, se hizo una cola y continuaron la pieza donde la habían dejado. A mí no me distrajo ni me molestó el incidente. Lo vi algo natural, incluso divertido. Lo que me extraña es lo serias y rígidas que nos mostramos las personas en algunas ocasiones. Como si una pequeña contrariedad a nuestros planes resultara algo de importancia universal.

Melodia nocturna

Título: Melodía nocturna. Lugar: Xàtiva. Expo.: 1/100 seg. a f/6,3 ISO: 800 Focal: 55 mm

Una agradable noche, una espléndida luna llena con eclipse incluido y un «sorprendente» concierto al aire libre en los Jardins del Palasiet, en Xàtiva. Desde la misma silla de plástico donde estaba sentado en primera fila tomé varias fotos, sobretodo de ella (era un dúo de flautas), intentando captar algo de la atmósfera del momento. Días más tarde, ya en casa, descubrí que se llamaba Susana Cuquerella. Y esa misma noche descubrí lo deliciosos que pueden ser los dúos de flauta.